lunes, 18 de mayo de 2015

Lo que dio de sí el XX aniversario del ViñaRock

Un poco tarde, pero aquí llega mi crónica sobre el XX aniversario del festival ViñaRock, aniversario que nos ha dejado muy buenos conciertos, disfrutados el doble por el excelente tiempo que nos hizo los últimos días de abril y primeros de mayo. Al margen de los múltiples grupos y estilos que se dan cita en el festival, mi presencia allí se debe básicamente a los grupos de Punk y sus variantes y el Rock Urbano, por ello mi crónica se centra en las diversas actuaciones de los grupos de estos géneros. Por motivos académicos no pude asistir a la fiesta de bienvenida del miércoles 29 de abril, por lo cual mi repaso a los conciertos del festival comienza el jueves 30 de abril. De ahora en adelante voy a intentar resumiros lo que ha dado de sí el ViñaRock 2015.

Mi primer día de ViñaRock empezó con la actuación de Siniestro Total. He de decir que me esperaba mucho más de los gallegos, ya los había visto una vez en Toledo y salí bastante defraudado. En Villarrobledo me propuse disfrutar de sus canciones, cosa que hice, aunque el sonido no acompañó para nada. Me atrevería a decir que fue el concierto que peor se escuchó en todo el festival. En cuanto a las canciones, las clásicas de siempre, festivas, provocativas, que invitan a la reflexión incluso. Temas como “Todo por la napia”, “España se droga”, “Camino de la cama”, “Ayatolah!”, “Bailaré sobre tu tumba”, “Cuánta puta y yo que viejo”… fueron coreados por l@s que allí estábamos, a pesar del deficiente sonido. Poco más que decir sobre Siniestro Total. Es conocido mi poco gusto por el grupo desde que Julián Hernández se puso al frente del mismo.

Tras los Siniestro tocó descansar y cenar un poco, lo que hizo que me perdiera a los Lagwagon, y eso que tenía ganas de verlos. Con las pilas cargadas nos fuimos a ver a Boikot, que se marcaron un conciertazo. La fuerza que transmitieron al público hizo que volviera a confiar en ellos, ya que me tenían un poco cansado de verlos festival tras festival haciendo lo mismo. No faltaron en su repertorio canciones como “Inés”, “Skalasnikov”, “De espaldas al mundo” “Hasta siempre comandante”, “Tierra quemada”, “Grito en alto”, “Sin tiempo para respirar”, “Mentiras”, “No pasarán” o la archiconocida “Kualkier día” entre otras.

Tras Boikot fuimos a reponer fuerzas viendo de fondo a Def Con Dos, que siempre hacen que me mueva y coree “El día de la bestia”. Volvemos a la carga con Kaótiko, que lo hicieron realmente bien. Yo, que no soy muy conocedor de la discografía del grupo, disfruté bastante con su potente directo, con su Punk-Rock de calidad. Cerraron el concierto con “Otra noche”, quizás su tema más conocido, yo diría que el mejor para cerrar una actuación. Y tras Kaótiko nos fuimos a dormir, pensando en disfrutar de “otra noche”, en este caso, la del siguiente día.

El 1 de mayo, el día del trabajador, le empezamos en el ViñaRock a ritmo del Ska de The Toasters. Los norteamericanos ofrecieron un concierto fresco, algo que se agradecía, con la temperatura que estaba haciendo a eso de las seis y media de la tarde. Tampoco es un grupo al que le siga mucho la pista, pero he de decir que fueron eficientes tocando, personalmente me gustaron, y eso que he leído en algunos artículos que han perdido mucho con los años. De las canciones que sonaron en su concierto me quedo con “Weekend in L.A.”

Tras The Toasters llegó la fuerza y la rabia de Segismundo Toxicómano, otros de los que nos deleitaron con un conciertazo. Los Segis siguen en plena forma, lanzando auténticos trallazos distorsionados. Empezaron tocando temas de sus últimos discos, para terminar con los clásicos habituales en su repertorio. Entre las canciones más coreadas destacaron “Último asalto”, “Las noches siguen sabiendo a sangre”, “Mi vida”, “Por ti”, “Pobredumbre” o “Las drogas”, entre otras. Fue un concierto de alto voltaje que dejó el listón muy alto para las otras actuaciones que vinieron después.

Tras un pequeño descanso que aprovechamos para refrescarnos y llevarnos algo al estómago, el maestro Rosendo empezó a rasguear su Fender Stratocaster en el ViñaRock. Para mí fue uno de los conciertos que mejor sonó de todo el festival, lo que hizo que las nuevas y las habituales canciones del de Carabanchel se lucieran mejor. “Amaina tempestad”, “Sorprendente”, “Vergüenza torera”, “Agradecido” o “Flojos de pantalón” fueron algunas de las que sonaron. Gran actuación de esta leyenda del rock hispano.

Entrando en la medianoche el incombustible e incansable Evaristo y sus Gatillazo comenzaron a lanzar dardos envenenados y escupitajos incendiarios contra todo lo podrido de este sistema. En hora y media les dio tiempo a deleitarnos con “Nº 1 en USA”, “Hemos venido a divertirnos”, “Gora mari”, “Esclavos del siglo XXI”, “Jota de la derrota”, “Comunicado empresarial…”, “Tortura”, “Sr Juez”, “Mucha muerte”, “No love”, “Sseguratas blindaoss”, “Fascículos” y “Fosa común”, entre otras. De La Polla Records también sonó algún tema como “Los 7 enanitos”, la acertadísima “Delincuencia”, la renovada versión de “Txus” y “Odio a los partidos”, que sirvió para cerrar un gran concierto cargado de verdades incómodas y mala leche.

La noche se iba calentando y nos fuimos a ver a los Kaos Urbano. Era la primera vez que el grupo de StreetPunk de Alcobendas visitaba el ViñaRock y la verdad es que se les dio muy bien, como si fueran habituales en el festival. Su concierto sirvió de reunión a la mayoría de punks y skins que por allí andábamos. Sonaron temas nunca antes oídos en el Viña como “Sexo, drogas y Streetpunk”, “Bronka y rebelión”, “Inadaptados”, “Divide y vencerás”, “Años salvajes”, “De Madrid al infierno”, “Las calles de abajo”, “Músika Oi!, “Nacidos del odio”, “Se congeló el amor”, “Anti-español”, “Tu pasado”, “Los hijos de la calle” o “Larga vida al Oi!”. Salvo por los problemas habituales del vocalista, los Kaos Urbano hicieron una actuación bastante sólida que me gustó bastante. Tenía ganas de verlos, que hacía años que no lo hacía.

Los que cerraron mi segundo día de ViñaRock fueron los Reincidentes, que esta vez consiguieron hacer un concierto que no me aburriera. Son impredecibles los sevillanos, son capaces de marcarse conciertazos y al día siguiente hacer un bodrio. Estuvieron animados y sus himnos se hacían más llevaderos, cuando me quise dar cuenta ya se había terminado su show. No faltaron temas como “Rip-rap”, “Vicio”, “Ay Dolores”, “Cucaracha blanca”, “Grana y oro”, “Móntate una estafa”, “Nazis nunca más”, “Al asalto”, “La republicana”, “Jornaleros andaluces” o “Jartos d´ aguantar”. Tras los Reincidentes nos fuimos a descansar, conscientes de que habíamos superado el mejor día del Viña, pero todavía nos quedaba otra estupenda jornada de conciertos de la que disfrutar.

Así llegamos al último día del ViñaRock, que musicalmente comenzó para mí a eso de las seis y media de la tarde, con la gran actuación de Juantxo Skalari y la Rude Band. Que alegría supone oír sonar en directo de nuevo las viejas canciones de Skalariak, una de las mejores bandas de Ska que ha dado la península. A ritmo de Ska disfrutamos de temas como “Oligarquía”, “Todos los hintxas”, “Vodka revolución”, “Skalari Rude Klub”, “Jaia” o “Despídeme” entre otros. También nos mostraron canciones de su último disco. Gran momento el que nos hizo pasar Juantxo Skalari, para mí otro de los mejores conciertos del Viña.

Cuando ya decaía la tarde, a eso de las nueve y media le tocó el turno a El Drogas, otro de los maestros del rock hispano. Lo habitual en sus conciertos es mezclar las canciones de Txarrena, las de Barricada y las de nueva factura ya sólo firmadas por El Drogas. Nunca defrauda Enrique Villarreal ya sea cantando “Azulejo frío” como “En la silla eléctrica”, “Oveja negra”, “No hay tregua” o “Blanco y negro”.

Y tras el Rock Urbano de El Drogas llegó la apisonadora de Non Servium, el Brutal Oi! en estado puro, haciendo que fuera otro de los conciertos que me hizo vibrar. Sublime actuación, digna de un grupo de grandes festivales. Con permiso de Kaos Urbano, seguramente fue el concierto en el que más punks y skins nos concentramos. El rodillo de Non Servium se hizo sentir con temas como “Tu ira”, “Civilización”, “El rodillo del kaos”, “Todos al suelo”, “Ratas”, “Violencia”, “Sangre por sangre”, “Nuestra lucha”, “El espíritu del Oi!”, “Torpedo”, “Punks, Skins” o “Mata hippies”. Simplemente brutales, los Non Servium son como el buen vino, mejoran con el paso de los años.

Al filo de la media noche actuaron Los Suaves en uno de sus conciertos de la gira de despedida, gira de despedida que quizá sea la penúltima o la antepenúltima… porque Yosi y los suyos siempre andan igual. Musicalmente no tuvo nada que reprochar excepto la actuación de Yosi, que en sus habituales estados de embriaguez hizo que el show se desluciera mucho. Canciones como “Mi casa es el Rock and Roll” o “Dolores se llamaba Lola” hubieran sabido mejor si el cantante hubiera estado un poco menos achispado. Pero que se le va a hacer, Yosi y Los Suaves son así y siguen siendo unos genios.

Y para cerrar este estupendo XX aniversario del ViñaRock, ya entrada la madrugada, nos fuimos a ver a Marky Ramone`s Blitzkrieg. El que fuera batería de los Ramones sigue haciendo versiones de su banda originaria, bien llevadas por los músicos que le acompañan. La actuación, simple y directa, como la de los Ramones originales, con el siempre presente “one, two, three, four” como grito de guerra. No faltaron los clásicos del Punk-Rock de toda la vida: “Teenage lobotomy”, “I believe in miracles”, “Rock ´n´Roll highschool”, “Surfing bird”, “Beat on the brat”, “The KKK took my baby away”, “Sheena is a punk-rocker”, “Pet sematary”  o el archiconocido “Blitzkrieg bop” entre otros temas. Para mí el único aspecto negativo es que a Marky Ramone no se le tratara como a un grande y le pusieran en el escenario de los grupos de versiones, en vez de en uno de los principales.


Y esto ha sido todo lo que ha dado de sí esta vigésima edición del ViñaRock, una edición fantástica en la que se han mejorado muchos aspectos como el acceso y la salida del recinto y  la zona de conciertos o la instalación de servicios portátiles en la zona de camping. La nota negativa de esta edición fue la total descoordinación existente el domingo 3 de mayo cuando los viñarockeros decidimos volver a nuestros lugares de origen. Las salidas taponadas y colas kilométricas de coches intentando salir. Mis compañeros y yo tuvimos que esperar cuatro horas para poder salir de la zona de aparcamientos del ViñaRock. A pesar de todo, ya estamos deseando volver el año que viene (según el cartel jajajaja).

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