martes, 19 de diciembre de 2017

Helloween metal is the law: Arde Madrid ante 14.000 personas

Todos expectantes ante una gira que promete, litros y litros de cerveza a las puertas del palacio de deportes de la Comunidad de Madrid y el concierto más grande que jamás ha realizado Helloween en este país. La reunión era el gran aliciente, aunque no fuera una reunión al uso.


Helloween se reencontraría con Michael Kiske y Kai Hansen en una cita súper especial. Tanto es así que este lleno histórico quedará inmortalizado con un amplio despliegue de medios en un DVD.
Los Helloween de la última etapa, artífices de álbumes como ‘7 Sinners’ o ‘Straight Out of Hell’, convocar ante sí a semejante masa de público, pero la gente tenía ganas de escuchar el ‘Keeper of the Seven Keys’, la vuelta Michael Kiske está por medio.


Sonaba “Let Me Entertain You” de Robbie Williams pre-inicio a la salida a escena de todos los protagonistas de la velada, que desenfundaron la definitoria, larga y compleja “Halloween” . Sonarían grandes himnos, “Dr. Stein” fue la primera oportunidad de volverse completamente loco mientras sufren las cuerdas vocales al son de Michael Kiske y Andi Deris un dueto muy bien engrasado a estas alturas.


Hicieron acto de presencia en las pantallas gigantes, previa presentación de los joviales Andi Deris y Michael Kiske, Seth y Dock, dos calabazas personajes cuyas simpáticas aventuras y desventuras servían de interludios. Sonaron la épica “I’m Alive”, tomó el testigo el dicharachero Andi Deris en “If I Could Fly”, “Are You Metal”. El cantante afincado en Canarias, muy dicharachero con su cada vez mejor español y encantado de que la capital de su país de adopción sea la elegida para la grabación del DVD, estuvo de matrícula de honor toda la noche y dejó patidifuso a más de uno. Hacía mucho que no se escuchaba a Deris cantar a un nivel tan elevado.
Seguían su show de tres horas con “Rise and Fall”,  “Waiting for the Thunder” y la heavy “Perfect Genterlman”, que no hubiera desentonado en los ochenta norteamericanos y en la que Deris apareció con un smoking brillante, sombrero y bastón. La memorable visita al primer disco con Kai Hansen pletórico y tengo que decir que para mí lo mejor del concierto, publicado en 1985 bajo el título de “Walls of Jerichó”, arrancó con “Starlight”, “Ride the Sky”,  y “Judas”, en un midley que tuvo en “Heavy Metal (Is the Law)”, ya interpretada íntegramente con solo de bajo de Makus Grosskopf incluido mientras Hansen hacía cantar al respetable, su colofón final.
Llegaba el momento del baladón “Forever and One (Neverland)” donde Andi Deris y Michael Kiske se encuentran, hermanados, a la palestra. La balada, introducida por Deris como una canción “para el corazón”, sonó cálida y cristalina, con ambos vocalistas en la pasarela central sentados en sendos taburetes. Continuó “A Tale that Wasn’t Right”, “I Can”, con Andi Deris al frente exhibiendo, por cierto, suma complicidad con Kai Hansen. Fue entonces turno para un portentoso solo de batería de Dani Löeble, el percusionista austriaco que siempre ha estado a la altura de lo que demanda una banda de primerísima línea como Helloween. El solo sirvió a homenaje a Ingo Schwichtenberg, fallecido en 1995, cuyo solo reproducido en las pantallas se intercaló con el del propio Löeble hasta el punto de que tocaron conjuntamente.
“Live Ain’t No Time”, “A Little Time”, “Why?”, “Sole Survivor”, “Power”, “How Many Tears”,  “Eagle Fly Free”... y llegó el cúlmen, “Keeper of the Seven Keys”, con ambos voceras sobre el tablado y con el público sumido en un delirio generalizado. El final del tema fue alargado hasta la extenuación para dar cabida también a la presentación de los músicos. Deris había llevado la voz cantante en buena parte de la velada, pero fue Kai Hansen el simpático maestro de ceremonias, aprovechando también para recordar a músicos desaparecidos como Ronnie James Dio, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Lemmy Kilmister o Malcolm Young. Se retiraron entonces durante un buen rato en el que los decibelios, lejos de decrecer por la larga espera, se iban incrementando, puesto que la entregada audiencia sabía que volverían con una traca final a la altura.
Llegaba la trava final “Future World” y  “I Want Out” con todo el público sumido en una fiesta que ojalá no hubiera terminado nunca, rodeados de pelotas color calabaza y lluvia de confeti final. Quedó demostrado que son una banda de grandes himnos, porque el Heavy Metal is the Law.